Respetamos la diversidad

Que los alumnos y alumnas con TDAH se sientan integrados en el grupo clase y que estén felices deber ser uno de nuestros objetivos principales.  Para ello, el tutor/a debe trabajar este aspecto en el aula de una forma sencilla y que sea comprendida por los más pequeños.  El trastorno por déficit de atención, en cualquiera de sus vertientes, convierte al alumno/a en diferente y eso conlleva la mayoría de las veces unas consecuencias negativas. Este tipo de actividades hacen que trabaje con el grupo clase y tenga un respaldo moral para un buen desarrollo cognitivo.  Además en tareas manipulativas los alumnos con TDAH controlan mejor su impulsividad o hiperactividad ya que no son actividades tediosas ni aburridas.  Consiguen centrar su atención y podemos aprovechar la situación para dar paso a los conocimientos que queremos enseñar.  Yo elegí esta tarea porque a mi alumno,con este síndrome, le gusta mucho hacer puzzles y pensé que sería la mejor manera de que captara mi enseñanza.
Yo, en mi clase, tengo a un alumno con este diagnóstico y se frustra muy fácilmente a pesar de que sus compañeros siempre lo apoyan.  Por todo esto pensé en una forma de explicarles, de un modo práctico, porqué todos somos diferentes pero necesarios. Como es un concepto abstracto, y ellos/as sólo tienen 6-7 años, pensé en una tarea más manipulativa.
En una sesión, empezamos a hablar de en qué éramos buenos y qué cosas se nos daban peor, y cada uno expresó sus cualidades que respaldaron el resto de compañeros.  Yo misma, me comparé con otros maestros y maestras, viendo las diferencias que teníamos tanto física como conductualmente hablando.
Una vez hecho el planteamiento teórico, fuimos a la práctica.  Hice una foto de la clase, conmigo incluida, y después la convertí en un puzzle,a través de la página web:http://www.puzzlesjunior.com/.
Dicho puzzle tenía 9 piezas, ya que somos 8 alumnos/as y yo (somos un colegio muy pequeño) y lo imprimí en grande y plastifiqué.  A cada niño/a le dí una pieza, y en una cartulina, uno por uno fue poniendo su pieza y formamos el puzzle. Les expliqué, que al igual que el puzzle, nosotros somos piezas y que somos necesarias, y a la vez somos diferentes. No dijeron nada, pero sus caras lo expresaron todo.